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sábado, 19 de octubre de 2019



ASÍ ACTÚA LA POLICÍA EN LAS MANIFESTACIONES DE CATALUNYA 18/10/2019




¡MENUDA BASURA DE POLICÍA QUE TENEMOS!


https://twitter.com/i/status/1185326195153494017


catalanrepression.github.io



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ASÍ ACTÚA LA POLICÍA NACIONAL EN LAS CARGAS DEL 18/10/20






jueves, 17 de octubre de 2019


Neus Tomàs

Hace 17 horas












© EFE El TSJC requiere precedentes en que el Parlament limitó votaciones independentistas

Aparentemente la cárcel de Mas d’Enric es muy parecida a la de Lledoners, hoy la prisión más famosa de España. Ambos son edificios modernos y aislados con pasillos de instituto que huelen a desinfectante de consultorio médico. La expresidenta del Parlament Carme Forcadell está en el centro tarraconense. Escuchándola se concluye que su día a día no solo es diferente al de sus compañeros en Lledoners sino que es bastante peor. Porque Forcadell, a diferencia de ellos, no puede estar en un módulo de participación y convivencia. Las mujeres, las pocas que hay en Mas d'Enric, están todas juntas sea cual sea el delito que se les atribuya. "Es una doble discriminación. Por ser mujer y por ser reclusa", resume la expresidenta de la ANC.

De los 727 presos que están encerrados en Mas d'Enric, 696 son hombres y solo hay 31 mujeres. Como sucede en otros centros penitenciarios, Mas d'Enric es una cárcel pensada para hombres. Forcadell la escogió –si es que se puede utilizar este verbo cuando se está privado de libertad– porque era la que permitía a su nonagenaria madre un desplazamiento relativamente corto desde Xerta, su pueblo natal a la orilla del río Ebro. Además, sin estar cerca, no está lejos de Sabadell, donde residen el esposo y los hijos de la expresidenta del Parlament.

Tanto ella como la exconsellera de Trabajo Dolors Bassa, que está en la cárcel de Puig de les Basses (Figueres), descartaron cumplir la prisión preventiva en el centro de Wad-Ras porque pese a que está en Barcelona y les facilitaba las visitas de familia y abogados, no tiene celdas individuales y las duchas son comunitarias.

La expresidenta del Parlament no se ha impuesto voto de silencio pero casi. Al menos si se trata de hablar con medios catalanes o del resto de España. Desde un primer momento decidió que su prioridad era explicar su versión a los medios internacionales. Y es lo que ha hecho.

Forcadell rehuye la bronca entre los partidos independentistas aunque está al corriente de todo lo que se publica. Tiene opinión sobre lo que está pasando, sea en Catalunya, Madrid o en Andalucía (¿acaso hay algún catalán que no la tenga?), pero no quiere contribuir al ruido con titulares más o menos noticiables.

Escucha la radio y mira TV3, La Sexta y Televisión Española. Como cualquier español mínimamente informado ha notado el cambio ("a mejor") de los Telediarios de la primera cadena. Cuando estuvo en Alcalá Meco, donde sí podía entrar en la celda cuando quería, se aficionó al Gran Wyoming. Lo miraba cada día. Ahora, cuando en la sala común sus compañeras suben el volumen para ver los programas matinales de Tele 5 y Antena 3 ella se pone los auriculares para poder seguir trabajando.

Forcadell tiene ganas, “muchas ganas”, de que empiece el juicio. “Diré la verdad”, asegura confiando en que sea suficiente para convencer al tribunal. Quiere salir de la cárcel y como quien entra en el quirófano fía su futuro a lo que diga y decida su abogada, Olga Arderiu. La comparación entre el cirujano y el penalista se la hizo su compañero en la Mesa y también abogado, Lluís Corominas. Forcadell cuenta los días que lleva ahí dentro (335 días) y le ha prometido a su letrada que no se pondrá nerviosa hasta que llegue a los 500.

En estos meses privada de libertad, la expresidenta de la ANC se ha convertido en una auténtica sindicalista. Reconoce que es lo más parecido a una “delegada sindical” en la cárcel. Con la mayoría de las reclusas solo tiene una cosa en común: ser mujer. No, no es ninguna obviedad cuando se trata de reclamar cosas tan básicas como poderse duchar después de hacer ejercicio. Conseguir que hubiese secadores de pelo fue toda una victoria. Con sus compañeras no habla de política porque en la cárcel, al menos en la de Mas d’Enric, las prioridades son otras.

“Quiero empoderarlas”, proclama tras relatar ejemplos que demuestran que la oleada feminista no ha conseguido traspasar los muros de esta cárcel. Forcadell les explica que un marido no es alguien que ordena y que las mujeres somos tan capaces como ellos de tomar decisiones. Escuchándola podría decirse que en el módulo de mujeres el derecho a decidir que la expresidenta del Parlament defiende políticamente aquí tiene también otro sentido. Es el derecho de las mujeres a decidir sobre su vida sin tener que pedir permiso.

Forcadell viste como cuando ocupaba el segundo cargo más importante de Catalunya. Si en Lledoners te reciben en chándal, ella lo hace con americana y rosa amarilla en la solapa. Sonríe pero no disimula. "Nadie puede ser feliz cuando está en esta situación" y no hay meditación, yoga o actividad que compense estar privado de libertad.

Cuando fuera se agrupan decenas de independentistas para expresarle su apoyo, como pasó este sábado, ella ni los puede ver ni los puede escuchar, aunque sabe que están allí porque se lo dicen. Es otra diferencia con lo que pasa en Lledoners donde incluso se ha escuchado a Oriol Junqueras gritar a la gente para darles las gracias. La celda de Forcadell da a un patio y solo ve un muro. Lo más parecido a un momento feliz es poder comer un poco de chocolate. Lo compra en el economato y se lo guarda para la noche. Así, un día tras otro desde hace medio año.

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miércoles, 16 de octubre de 2019

martes, 15 de octubre de 2019



Creo en la justicia bien hecha, no creo en esta injusticia actual de Fiscales, Jueces y Magistrados, pues con estas injusticias están llevando al país a una dictadura judicial, a mi entender lo que les pasa a estos es un odio acérrimo a todo lo que no huela a ellos,
dígase fascistas como ellos, escorias de un tiempo pasado, que se aferran en practicar una mala praxis de su cometido en la sociedad, sentencias brutales como los chavales de Alsasua, ( pelea en un bar con guardias civiles 9 años ) 13,12,11,10,9, no es la cuenta atrás, es la sentencia mas cabrona de estos Jueces, Magistrados de la Tribunal supremo, manda cojones que odio tienen a los Vascos y Catalanes.

lunes, 14 de octubre de 2019



sentencia del proces

Sentencia del ‘procés’: el Supremo condena a Oriol Junqueras a 13 años por sedición y malversación
El alto tribunal ha impuesto penas de entre 9 y 13 años de cárcel a los nueve acusados presos e inhabilita por desobediencia a los tres que están en libertad

REYES RINCÓNTwitter14 OCT 2019 - 10:01 CEST
El Tribunal Supremo ha impuesto penas de entre 9 y 13 años de cárcel a los nueve líderes independentistas condenados por sedición en el juicio del procés. El exvicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras afronta la pena más alta, 13 años, por un delito de sedición en concurso medial con malversación (cuando un delito es un medio necesario para la comisión de otro). De los otros ocho acusados que están en prisión preventiva, tres exconsejeros (Raül Romeva, Jordi Turull y Dolors Bassa) han sido condenados por sedición y malversación a 12 años de cárcel; los otros dos (Josep Rull y Joaquim Forn) han sido absueltos del delito de malversación y el tribunal les ha impuesto 10 años y medio de prisión. La expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, ha sido condenada a 11 años y medio por un delito de sedición. Por este mismo delito se ha impuesto una pena de nueve años a los líderes de la ANC y de Òmnium, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart. Los únicos tres procesados que afrontaron el juicio en libertad (los exconsejeros Santi Vila, Carles Mundó y Meritxell Borràs) han sido sentenciados a un año y ocho meses de inhabilitación especial y diez meses de multa con un cuota de 200 euros diaria. Los tres han resultado absueltos de malversar fondos públicos.
El Tribunal Supremo considera probado que durante el otoño de 2017 se registraron en Cataluña "indiscutibles episodios de violencia" pero cree que estos no bastan para condenar a los líderes independentistas por rebelión. "La violencia tiene que ser una violencia instrumental, funcional, preordenada de forma directa, sin pasos intermedios, a los fines que animan la acción de los rebeldes", señala la sala, que considera que los altercados que hubo en Cataluña eran insuficientes "para imponer de hecho la efectiva independencia territorial y la derogación de la Constitución". "Dicho con otras palabras, es violencia para lograr la secesión, no violencia para crear un clima o un escenario en que se haga más viable una ulterior negociación",afirma el tribunal.
El tribunal que preside Manuel Marchena ha asumido la calificación jurídica que llevó al juicio la Abogacía del Estado al entender que los líderes del procés no instigaron actos de violencia como parte de su plan secesionista, pero sí promovieron las movilizaciones tumultuarias que se produjeron en Cataluña en septiembre y octubre de 2017. En especial, el cerco que montaron 40.000 personas y que impidió la salida de la comitiva judicial que registraba la consejería de Economía que dirigía Junqueras el 20 de septiembre de 2017; y la resistencia que hallaron el 1-O los antidisturbios frente a los colegios electorales cuando, por orden judicial, pretendían retirar las urnas.

La diferencia entre rebelión y sedición es que la primera persigue modificar las estructuras del Estado (lograr la independencia de un territorio, vulnerar la Constitución mediante violencia en la calle) mientras que la segunda consiste en promover actos tumultuarios para impedir la aplicación de las leyes. Para que haya rebelión, el alzamiento debe ser "público y violento" y, aunque el Supremo considera acreditado que hubo jornadas de violencia , el tribunal cree que para que haya rebelión la violencia tiene que ser una parte estructural del plan rebelde. Y, en el caso catalán, los líderes independentistas no buscaron ni planificaron los actos violentos como parte del procés.
El delito de sedición castiga a quienes "sin estar comprendidos en el delito de rebelión, se alcen pública y tumultuariamente para impedir, por la fuerza o fuera de las vías legales, la aplicación de las Leyes o a cualquier autoridad, corporación oficial o funcionario público, el legítimo ejercicio de sus funciones o el cumplimiento de sus acuerdos, o de las resoluciones administrativas o judiciales".
Aunque los políticos independentistas no participaron directamente en los tumultos, el tribunal cree que promovieron las concentraciones que los generaron y que, además, lo hicieron sabiendo que podían desencadenarse incidentes, según las fuentes consultadas.
La sentencia pone fin a dos años de proceso judicial que arrancaron el 16 de octubre de 2017 con el encarcelamiento de los líderes de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart. Dos semanas después, la Fiscalía General del Estado se querelló contra todo el Gobierno de Carles Puigdemont y los miembros de la Mesa del Parlament que habían permitido que se votara la declaración unilateral de independencia el 27 de octubre. El entonces president y cinco exconsellers huyeron de España y la Audiencia Nacional encarceló a Junqueras y otros seis miembros del Govern.
El Tribunal Supremo acabó asumiendo el caso y en febrero pasado sentó en el banquillo a 12 líderes independentistas, nueve de ellos en prisión preventiva: Junqueras, Sànchez, Cuixart, los exconsejeros Dolors Bassa, Joaquim Forn, Raül Romeva, Jordi Turull y Josep Rull, y la expresidenta del Parlament Carme Forcadell. Cada dia eran trasladados al Supremo desde las cárceles de Soto del Real (los hombres) y Alcalá Meco (las mujeres) y devueltos a sus celdas al terminar la jornada. El Supremo rechazó todas las peticiones de libertad que formularon sus defensas antes y durante el juicio, pero, también, las presentadas después, lo que hace prever que la sentencia contemplará penas de prisión para ellos.
El juicio se prolongó durante 52 sesiones de mañana y tarde repartidas en cuatro meses y fue íntegramente retransmitido por internet a través de la web del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). El streaming de la página web del Consejo registró más de un millón de accesos y 171.00 usuarios distintos. El protagonista de la sesión más vista fue el exjefe de los Mossos Josep Lluís Trapero, que ensayó en este juicio el interrogatorio al que se someterá como acusado de rebelión en enero próximo en la Audiencia Nacional y se desmarcó del plan del Govern para declarar la independencia. La credibilidad que dé la sentencia del Supremo a la declaración de Trapero será una de las claves de la sentencia, de la que será ponente Manuel Marchena, el presidente de la Sala de lo Penal y del tribunal de siete magistrados que juzgó a los líderes del procés.
La sala ha buscado un fallo unánime, sin votos particulares que puedan abrir la puerta a cuestionar la decisión mayoritaria. Las sentencias del Supremo son firmes, pero las defensas de los procesados ya han anunciado que agotarán las dos únicas vías posibles para revisar la decisión: un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional por vulneración de derechos fundamentales y la impugnación ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), con sede en Estrasburgo.

Aquesta és la sentència al Govern Català de l'procés, aqui aquesta la democràcia d'espanya (en minúscules, per que és una merda de pais) la justícia tant la fiscalia, jutges i magistrats, es passen pels collons el que l'opinió Europea diu sobre l'acte de la Independència de Catalunya, ells són el viu reflex de la dictadura franquista, al costat de diversos partits polítics, dicense PP, Ciutadans, Vox i demas misèries.(EM CAGO EN TOTS ELLS)